Además de las tradicionales piezas de coches, en muchos desguaces cuentan con servicio de reciclaje de neumáticos y aunque no todos cuentan con la gran cantidad de métodos de recuperación de neumáticos, sí que suelen contar con al menos uno de los que vamos a enumerar en esta entrada.
La termólisis es uno de los métodos de recuperación de neumáticos donde se aplica calor. Se trata de la reacción en la que un compuesto se separa de otros dos cuando se someten a temperaturas elevadas. En este caso los neumáticos se calientan sin presencia de oxígeno, lo que elimina los enlaces químicos, separando metales e hidrocarburos sólidos y gaseosos.
La Pirólisis, además de limpiar hornos sirve para descomponer químicamente de la materia orgánica y cualquier otro material a excepción de vidrios y metales. Sometiendo a los neumáticos a altas temperaturas y sin oxígeno no se producen furanos ni dioxinas muy perjudiciales para el medioambiente.
La incineración es uno de los métodos más clásicos aunque deben tenerse muy en cuenta la depuración de los residuos gaseosos que se producen. Tarda, es más costoso y el proceso no es fácil de controlar, por eso está cambiándose por otras opciones.
La trituración puede ser otro de los métodos, pudiendo ser mecánica, con la que se convierte al neumático en trozos muy pequeños.
La trituración criogénica también existe aunque para ello requiere de unas instalaciones bastante complejas y requieren de un mantenimiento que tienen un precio bastante alto.
Estos son los cinco principales métodos para destruir los neumáticos, en algunos casos obtener energía, bien sea eléctrica o de otra índole y en otros casos para volver a ser reutilizados fundiendo de nuevo el caucho y el alambre del que están compuestos. Seguro que no hay ningún desguace que cuente con estos cinco, aunque hay más, pero seguramente que sí tenga alguno de ellos.