Se dice que tener un coche es como tener una hipoteca, siempre da gastos imprevistos, pero si lo cuidamos, el coche no debería por qué darnos más problemas que los que aparecen con el paso del tiempo. La junta de la culata, la correa de la distribución o el turbo pueden ser algunas de las averías más caras del coche, aunque en este último caso tenemos la opción de comprar turbos reconstruidos en un buen desguace y nos ahorraremos un montón de dinero.
Por ejemplo, la avería más cara o de las más caras que puede tener nuestro coche sucede en la junta de culata. Por ejemplo, si forzamos mucho el coche y éste no tiene líquidos como por ejemplo agua y el agua, el bloque se sobrecalienta y puede llegar a deformarse o a aparecer fisuras, dejando de ser hermético su interior y produciendo escapes, así como una notable pérdida de potencia y eficiencia.
Una avería en el turbo puede producirse por un defecto de fabricación, llevar un importante exceso de temperatura, muchas impurezas en el aire, circular siempre con el motor revolucionado, etc. Es importante no forzar el motor y teniendo siempre cuidado a la hora de conducir
La correa de la distribución es otra de las grandes averías que puede sufrir nuestro coche. A no ser que esta correa sea una cadena de metal, acabará fallando por desgaste, lo que hará que el motor pierda sincronización y pueda llegar a provocar daño en las válvulas, dado que los pistones chocan contra ellas y acaban doblándose, lo que saldría más caro arreglarlo que comprar un buen coche de segunda mano.
Tampoco podemos olvidarnos de otras averías que pueden llegar a ser muy caras y desestabilizar nuestra economía doméstica como por ejemplo la bomba de combustible o los inyectores.