Rejilla
Dentro de las muchas piezas que podemos encontrar en un coche destaca la rejilla, también conocida como calandra. Se trata de una pieza perforada que puede ser de metal, plástico o incluso fibra de carbono en los modelos más deportivos.
La función de la rejilla es la de permitir la entrada de aire al radiador del vehículo y también al motor, siendo una especie de sistema de refrigeración. Por eso, es muy importante que esté libre de cualquier objeto que pudiera evitar la entrada de aire al motor. Su función es tan importante que en caso de avería, se recomienda cambiarla cuanto antes buscando una rejilla de segunda mano.
Descripción
Tips de mantenimiento
El mejor consejo para su mantenimiento es procurar mantener limpia la rejilla en todo momento. No es una operación complicada y podemos hacerlo a mano, con un trapo húmedo y después otro seco o simplemente ir a un túnel de lavado o quitarle la suciedad con agua a presión, con lo que nos aseguraremos de que queda completamente limpia de suciedad.
Principales averías y cómo detectarlas
Dado que es una pieza que está muy expuesta, es normal que pueda sufrir desperfectos. El mero hecho de que se ensucie hasta tal punto que evite la entrada de aire frío al motor y al radiador ya podemos considerarlo casi como una avería dado que estas dos partes no recibirán esa refrigeración y puede provocar un sobrecalentamiento.
Un golpe aparcando, bien seamos nosotros o cualquier otro conductor puede hacer que la rejilla pierda sujeción o incluso se pueda partir, aunque normalmente suelen estar hechas de plástico bastante duro.
Un choque frontal puede acabar por completo con toda la parte delantera de un vehículo y lo primero en romperse será la parrilla y en este caso lo mejor será cambiarla y comprar una rejilla compatible con el modelo del vehículo. Lo mismo sucede en caso de las rejillas metálicas, quedarán completamente abolladas y no merecerá la pena enderezarlas.
Lo mismo sucede si nos encontramos esta pieza partida o con una fisura dado que las propias vibraciones del coche pueden hacer que esa fisura crezca lo suficiente como para partir la rejilla.