Anteriormente veíamos el árbol de levas, dentro de esas partes significativas de nuestro vehículo, como también eran el termostato y el cárter, ahora veremos la correa de la distribución y sus partes asociadas, también disponibles entre las piezas de desguace a localizar para su posible cambio.
Como vimos, la cadena o correa de distribución del coche coordina el movimiento del cigüeñal y del árbol de levas, es su nexo de unión, para que las válvulas se abran y se cierren sin que los pistones las golpeen.
¿Mi coche lleva cadena o correa de distribución?
Si lleva cadena, puedes encontrar una tira metálica de eslabones, similar a la de cualquier bicicleta, aunque más robusta. De ser así su vida útil es muy extensa, aunque los expertos recomiendan sustituirla a los 250.000 kilómetros, por prevención ya que es poco probable que se llegue a romper.
Si llevas una correa encontrarás una tira fabricada de caucho, goma y nylon que, en su cara interior, tiene un estriado para acoplarse a las poleas que sustituyen a los piñones de los sistemas con cadena. Con el paso de los kilómetros las correas se desgastan y terminan afectando al correcto rendimiento del motor. Es conveniente su cambio entre los 70.000 y los 120.000 kilómetros o cada cinco años.
¿Qué sucede si falla la correa de la distribución?
Pues todo va a depender del tipo de motor de tu coche, si es relativamente antiguo, en él, el pistón no ocupa el espacio destinado a las válvulas en su posición más elevada. Es decir, no tocaría ninguna válvula, ni siquiera cuando están completamente abiertas, en su punto muerto superior. Por esto si se nos rompe la correa, nos quedaremos tirados y el motor no arrancará. Pero cuando cambiemos la correa, el coche volverá a funcionar con total normalidad.
En cambio, si tu motor es de interferencia, el pistón ocupa el mismo espacio en la cámara de combustión que las válvulas, cuando estas están abiertas. La sincronía de pistones y árboles de levas, (gobernada por la correa de distribución), impide que el pistón impacte con las válvulas cuando estas están abiertas, ya que en ese momento el pistón está en otra fase del ciclo de combustión. Cuando se rompe la correa, esta sincronización se pierde, y los pistones impactan contra las válvulas, rompiéndolas o doblándolas, los pistones se dañan e incluso la culata puede sufrir grandes daños. Básicamente romperás el motor, pudiendo en ocasiones terminar tu coche en el desguace.
