En las ciudades cada vez son más frecuentes los badenes. Se tratan de pequeñas elevaciones de la calzada que buscan de alguna manera evitar altas velocidades por parte de los vehículos. Lo que provocan, en realidad, es que disminuyamos la marcha, pero también llegan a provocar importantes daños en los coches si no somos capaces de tomarlos a la velocidad adecuada. Los expertos aseguran que puede compararse a subirse a un bordillo.
Los primeros que sufren las consecuencias son los neumáticos, que son la primera parte del vehículo que está en contacto con los badenes. aunque también hay otras piezas que puedes encontrar en un desguace que se pueden ver afectadas. En el caso de no circular debidamente, la estructura de la rueda podría deformarse, sufrir cortes o incluso que salgan bultos que te obliguen a reemplazar el neumático.
Los problemas más comunes
Otro elemento que se acaba resintiendo son los amortiguadores. Disminuirán de manera drástica su vida útil. Cuando un coche presenta problemas de suspensión, puede llegar a provocar que pierdas el control ante un frenazo brusco.
En tercer lugar, hay destacar que puede llegar a modificar la alineación del coche, es decir la geometría de la dirección y los ejes. Además existe la posibilidad de que afecte al equilibrado de los neumáticos. Esos pequeños contrapesos podrían saltar de la rueda y apreciarías en la dirección del vehículo una serie de vibraciones a partir de cierta velocidad que pueden llegar a resultar bastante molestas.
Por último, otra avería que suelen provocar el paso incorrecto por los badenes afecta a las holguras de chasis y el interior. Existe la posibilidad de que aprecies crujidos en el salpicadero o en otros elementos de plástico que se encuentren dentro del turismo. Todo ello envejecería antes de tiempo.
Como es algo irremediable, que cada vez nos encontramos con más frecuencia en las carreteras, lo conveniente es reducir la marcha lo máximo posible para que nuestro vehículo sufra lo menos posible cuando pasa por encima de un badén.
