A simple vista es posible que no detectes muchas ventajas a eso de conducir un coche viejo. Nos referimos sobre todo a modelos que cuenten con algo más de 10-15 años. Hay la impresión de que son más propensos a las averías y a los problemas mecánicos, pero eso no es del todo cierto. Principalmente porque dependerá del mantenimiento y de los kilómetros que tenga el vehículo.
Las ventajas de un coche viejo
En primer lugar, debes saber que las piezas te resultarán más económicas. Será mucho más fácil encontrarlas como piezas de desguaces a un precio asequible y con todas las garantías.
Otro elemento a tener en cuenta es que no te verás afectado por la depreciación del vehículo. Ten en cuenta que durante los primeros cinco años de vida del coche su valor desciende en torno al 50%. Sin embargo, a partir de esa fecha ya no se devalúa a una velocidad tan vertiginosa.
Al conducir un coche con unos cuantos años de vida, seguramente que lo hagas mucho más tranquilo, sin el miedo de darle ese primer arañazo o de dejarlo en la calle. Puedes aparcar sabiendo que si te despistas y rozas tu coche contra un muro u otro vehículo no te frustrarás tanto. Te dolerá un poco, pero no tanto como si lo hubieras sacado del concesionario nuevo.
Es por eso que cada vez más conductores se decanten por los vehículos de ocasión o de segunda mano. Sobre todo si no tienen previsto realizar muchos kilómetros y encuentran algún modelo que encaje con sus necesidades en cada momento.
Quítate de la cabeza esa idea que dice que los coches con unos cuantos años pueden darte problemas. Hoy en día, cualquier vehículo está expuesto a sufrir un problema de motor o mecánico, al margen del tiempo que tenga.