Una de las cosas que se deben comprobar siempre a la hora de conducir un coche es que el volante esté en una posición correcta. Si no es así, se puede tener problemas de cansancio postural si se tiene que ir de un sitio a otro durante mucho tiempo. Por lo tanto, hablamos de una revisión que es vital antes de arrancar.
Actualmente, los coches ofrecen muchas opciones para encontrar el punto adecuado en el que colocar el volante y, así, conseguir la postura correcta a la hora de conducir. En consecuencia, no hay excusa para que no consigas siempre la máxima comodidad posible.
La posición ideal del volante al conducir
Una vez que te sientes y termines de ajustar tanto la distancia del asiento a los pedales como la inclinación del respaldo -esto es lo primero que se tiene que hacer-, debes colocar el volante en su punto adecuado. Evidentemente, debes tener localizados los sistemas de manipulación que, generalmente, están en la parte baja de este elemento del coche.
Ahora debes mover el volante hasta que compruebes que la altura es la adecuada. ¿Y cómo se sabe esto? Pues de dos formas muy sencillas. La primera es que no exista impedimento alguno para que accedas a los elementos que necesitarás al conducir (como la palanca de cambios o las manetas para las luces o los limpiaparabrisas). Luego, tal y como indica la DGT, los brazos deben quedar ligeramente flexionados para que no exista tensión. Eso, entre otras cosas, asegura que no se produzca un cansancio excesivo.
Otra cosa que debes revisar es que la posición final permite que tanto la espalda como los hombros estén apoyados en el respaldo. Si es así, puede estar seguro de que la respuestas a los imprevistos serán rápidas y efectivas al conducir.
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