Un correcto estado del parabrisas es esencial para garantizarnos una buena visibilidad mientras conducimos. De ahí que sea preciso llevar las escobillas del limpiaparabrisas en adecuadas condiciones, tener el depósito del líquido correspondiente y que la luna no cuente con ninguna imperfección.
La peligrosidad de un parabrisas en mal estado
Un parabrisas sucio o con una fractura acaba entorpeciendo la visión y multiplica el riesgo de padecer un accidente. En ocasiones habría que echarle un vistazo para comprobar que no tenga ningún golpe y así actuar con celeridad para evitar una fractura mayor.
A continuación te detallamos los motivos por los que se producen las roturas en los parabrisas.
- Impacto de gravilla: es la causa más frecuente y que está detrás del 80% de las roturas de lunas. Suelen tratarse de grietas fácilmente reparables, pero que no hay que dejar pasar para que no vayan en aumento. Lo adecuado es repararlo lo antes que se pueda.
- Caída de objetos sobre la luna: suele darse el caso también de que el parabrisas sufra la caída de elementos cuando se encuentre estacionado en la calle. Suelen ser ramas, frutos o piezas de fachadas de los edificios. De ahí que sea importante que antes de dejar aparcado tu vehículo repares en que no se trate de un lugar peligroso o con riesgos.
- Cambios bruscos de temperatura: los cambios en el termómetro pueden causar efectos negativos sobre las lunas del vehículo, sobre todo si lo dejamos a la intemperie, como ocurre en las ciudades. A modo de recomendación recomiendan que cuando entremos en el coche y pongamos en marcha la calefacción, no dirijamos la corriente de aire de forma directa hacia la luna. Así se evitará que el cambio de temperatura sea muy brusco.
- Deterioro con el tiempo: es posible que la luna haya sufrido algún tipo de golpe y las consecuencias aparezcan con el tiempo. También puede suceder que los desperfectos vengan de fábrica.
Antes de despedirnos, te recordamos que, siempre que necesites piezas de desguace, podemos ayudarte.