El sistema de refrigeración de tu vehículo es una parte crucial de su funcionamiento general. Para preservar la salud del motor y garantizar que el vehículo funcione con seguridad, es importante mantener el sistema de refrigeración en buen estado de funcionamiento. Una parte importante del sistema de refrigeración es el refrigerante o líquido refrigerante. Comprender este fluido y sus propiedades es crucial para el mantenimiento a largo plazo del vehículo.
¿Por qué es importante el refrigerante?
El refrigerante permite que un motor funcione en el margen de temperatura óptimo, evitando que se recaliente. Para garantizar que el motor funciona a la temperatura correcta, el refrigerante también protege el motor de la corrosión, la cal, el óxido y los depósitos minerales. Asimismo lubrica las piezas móviles del motor, mejora el rendimiento de la bomba de agua y protege las juntas de goma y las mangueras del sistema de refrigeración.
Tipos de refrigerante
Existen tres tipos principales de refrigerante para vehículos: tecnología inorgánica ácido (IAT), tecnología orgánica ácido (OAT) y tecnología ácido orgánico híbrido (HOAT). Cada tipo tiene sus ventajas y desventajas, y es importante que los propietarios elijan la adecuada para su vehículo.
El IAT es el tipo de refrigerante tradicional, y se ha utilizado en los vehículos durante muchos años. Este tipo de refrigerante suele ser incoloro y contiene una variedad de aditivos destinados a prevenir la corrosión, la cal y el óxido en el motor. Debe sustituirse anualmente o cada 80.000 km, y es barato en comparación con otros tipos de refrigerante.
El OAT se ha hecho cada vez más popular en los vehículos más modernos y tiene una vida útil más larga que el IAT. Este tipo de refrigerante suele durar hasta 160.000 km y tiene un intervalo de cambio más largo que el IAT. Es de color y cada vez se utiliza más en los vehículos más modernos.
El HOAT es un tipo de refrigerante más nuevo que es una combinación de IAT y OAT. Tiene todas las ventajas del OAT, y además está diseñado para durar aún más tiempo: hasta 240.000 km en algunos casos. Este tipo de refrigerante es más resistente al calor y proporciona mejores capacidades de refrigeración que otros tipos, por lo que es ideal para condiciones extremas.
Independientemente del tipo de refrigerante que se utilice, es esencial que los propietarios comprueben periódicamente el nivel del refrigerante en el vehículo. Controlar los niveles de refrigerante del sistema de refrigeración del vehículo es esencial para garantizar la salud y el rendimiento del motor.