Una de las cosas que se puede evitar con bastante facilidad es que los neumáticos o las llantas de los coches sean robados. Para lograrlo, existen unos accesorios que son vitales y que no ofrecen especial complicación su uso. Hablamos de los tornillos antirrobo, que son una opción fantástica para que no te encuentres con el problema de una sustracción no deseada.
Básicamente, lo que se tiene que hacer para instalar los tornillos antirrobo es quitar los que se incluyen en las ruedas y que no ofrecen ningún tipo de seguridad. Una vez hecho esto, no hay más que colocar los nuevos para añadir la correspondiente capa de seguridad.
Elegir unos tornillos de seguridad
Es importante revisar el cabezal del tornillo que utiliza la llanta. Aparte de ser el lugar en el que se coloca la llave suministrada -que es única y que evita que se pueda quitar el tornillo de seguridad-, hay que conocer que existen tres tipos de opciones aquí que debes valorar: redondas, cónicas y planas. Es vital que revises esto antes de la compra porque, si adquieres uno que no encaje, no podrás darle uso correctamente en tu coche. Por lo tanto, una revisión ocular es esencial antes de hacer nada.
También es importante comprobar el material de fabricación utilizado. Opciones que son adecuadas por la seguridad adicional que añaden al tornillo antirrobo son el acero y aluminio laminado. Estos sufren una deformación escasa ante la presión, lo que pone las cosas más complicadas. El carbono o similar, tiene el problema de poder ser manipulado si se tiene algo de paciencia y las herramientas adecuadas.