Pese a que parece un paso no tan importante, utilizar el freno de mano correctamente puede evitar muchos problemas, incluso en coches automáticos.
El freno de mano se utiliza para inmovilizar el vehículo, por eso es importante utilizarlo siempre una vez aparcado el coche, aunque sea en una zona llana, haciéndolo te evitarás tener que buscas piezas en un desguace en Girona o en cualquier otro sitio, e incluso puedes evitarte golpes totalmente innecesarios.
Pero, ¿cuándo no se debe usar el freno de mano?
El freno de mano debe quitarse siempre antes de arrancar tras un estacionamiento, ya que si no lo haces provocarás un olor a quemado muy fuerte, desgastarás antes el embrague e incluso se llegarán a calentar los embellecedores de las llantas de tu vehículo.
Tampoco debes usar el freno de mano cuando los frenos hidráulicos de tu vehículo fallen, ni cuando vayas conduciendo a una velocidad excesiva, ya que lo más probable es que provoques un accidente grave.
Para comprobar que el freno de mano se ha quedado bien accionado, puedes hacerlo fijándote en el testigo del cuadro de mando del coche, en el que deberá aparecer una letra P en color rojo.
Mantenimiento del freno de mano
Si utilizas el freno de mano de forma correcta no debería darte problemas en bastantes años, lo único que pasará es que los cables se acaben oxidando o aflojando, pero yendo a un mecánico de confianza lo solucionarás rápido y sin gastarte mucho dinero.
Debes ser consciente en todo momento de que los frenos hidráulicos y el freno de mano tienen un funcionamiento muy diferente, por lo que no debes utilizarlo como “sustituto” de los primeros.
Lo más recomendable es hacerle una revisión de vez en cuando al freno de mano, siempre acudiendo a un profesional que te entregará un informe acerca de su estado.