Los neumáticos son uno de los recambios que no pueden faltar en nuestro vehículo porque con el paso del tiempo las gomas se van gastando y cuando su dibujo llega a 1,6 milímetros hay que cambiarlo tal como manda la normativa, aunque siempre es mejor hacerlo un poco antes, sobre todo si estamos en una estación en la que llueva bastante porque cuanto menos dibujo menor será la adherencia del vehículo al firme y aumentan las posibilidades de tener un accidente, pero… ¿cómo saberlo?
Todos los neumáticos pueden presentar diferentes signos de envejecimiento a medida que pasa el tiempo así como sucede con su uso, por lo que antes de un viaje largo siempre hay que revisar no solo la presión de los neumáticos sino también el dibujo y una vez al mes en cualquier caso.
Hay otros aspectos que afectan directamente a la salud del neumático como por ejemplo si se hace un buen mantenimiento o no, aunque también le afecta el uso que se le dé y por dónde se circule normalmente, la temperatura e incluso la forma de conducción.
Los neumáticos pueden resultar dañados si se choca contra un objeto sólido a cierta velocidad como puede ser un bache, un bordillo o algún objeto cortante o puntiagudo. Si hemos conducido mucho con los neumáticos con una presión inadecuada también pueden sufrir daños o algo tan normal como hacer siempre el mismo recorrido porque el desgaste es más pronunciado por un lado de los neumáticos que por otro, esto puede hacer también que se pierda adherencia.
Usar neumáticos con poco dibujo o sin él, más desgastados por un lado que por otro, sin la presión adecuada o demasiado viejos, aunque tengan dibujo, pueden ser un peligro, por lo que siempre es recomendable cambiarlos cuanto antes para evitar posibles accidentes.