Cuando nuestro vehículo llega al final de su vida útil tenemos diferentes opciones para deshacernos de él: llevarlo al concesionario para entregarlo como parte del alguno de los planes que ofrezca el propio concesionario o el Gobierno, de forma que serían ellos los encargados de darlo de baja o bien llevarlo a un Centro Autorizado de Tratamiento, lugar donde se aprovecharán las piezas de desguace que puedan ser útiles para otros coches del mismo modelo.
En cambio, si vuestro vehículo es viejo y aún así queréis seguir aprovechándolo (también vale un camión, un monovolumen, una furgoneta o una moto por ejemplo) un desguace es el mejor lugar para encontrar esos recambios especiales para esa pieza que comienza a fallar, para eliminar un molesto ruido o para cambiar una pieza que no ofrece una gran seguridad operacional debido a su desgaste.
El ahorro es una de las excusas para comprar en esta clase de lugares porque se pueden conseguir piezas con un precio hasta un 60 ó 70% más baratas que las piezas nuevas. Además no hay por qué preocuparse por el hecho de ser de desguace porque hoy en día son auténticos centros de reciclaje que ofrecen a todas las personas que lo necesiten un buen surtido de piezas revisadas y con garantía para que no tengan que gastar más de la cuenta para su vehículo viejo.
Ante la situación económica por la que nos encontramos actualmente y sabiendo que los recambios de coches originales son bastante caros, buscar una pieza específica un establecimiento de estas características se ha convertido en la mejor opción para muchas personas que necesitan su coche a diario o incluso para los coleccionistas de coches clásicos que quieran reparar su coche sin gastar demasiado dinero, la cantidad de alternativas que nos ofrecen son casi infinitas.