¿Qué es el sistema de suspensión de un coche?
La principal función que cumple la suspensión de un coche es la de ofrecer estabilidad en las ruedas y seguridad al vehículo mientras se encuentra en movimiento, proporcionándole un rodamiento suave y estable.
El sistema de suspensión de un coche permite absorber las irregularidades que ofrece el pavimento y así evitar que se transmita al interior del coche.
Consecuencias de un mal estado
La suspensión y las piezas que la componen, deben mantenerse siempre en buen estado, pues las consecuencias de un escaso mantenimiento pueden llegar a ser graves, tanto para el coche, afectando principalmente a los amortiguadores y a los ángulos de suspensión, como para los usuarios del vehículo.
Una suspensión deteriorada disminuye la adherencia de los neumáticos al suelo, lo que incrementa el riesgo de sufrir “aquaplanning”. Asimismo, esa inestabilidad de la que hablábamos, patente por ejemplo en la toma de una curva, puede provocar el desgaste irregular de los neumáticos. Este hecho puede ser un síntoma visible de que los amortiguadores no están funcionando de forma correcta. Otro síntoma que denota el deterioro de la suspensión es la brusquedad e inestabilidad en las frenadas.
Componentes de la suspensión de un coche
El sistema de suspensión de un coche está integrado por una serie de piezas encargadas de suavizar los impactos del vehículo contra el pavimento. Una de las principales piezas de una suspensión es el elemento elástico, formado por ejemplo, por un muelle, una ballesta o una barra de torsión. Este elemento elástico permitirá que la rueda se mueva de arriba abajo, adaptándose al terreno por el que se circula.
Otra de las piezas fundamentales de la suspensión es, el amortiguador. Existen varios tipos, pero el más empleado es el telescópico hidráulico, cuyo funcionamiento consiste en el rozamiento que produce el aceite al pasar de una cámara a otra y que permite frenar el movimiento de rebote del elemento elástico.
Los amortiguadores son piezas que se van desgastando en función del uso que se le de al vehículo así como el tipo de pavimento por el que se suela circular. Obviamente, cuando más escarpado y con más baches tenga el firme por el que se circula, más rápido o con mayor frecuencia aparecerán síntomas de desgaste en el sistema de suspensión del coche.
Consejos de mantenimiento
La duración de un amortiguador es progresiva y dependerá de una serie de factores, entre los que se encuentran el tiempo o frecuencia de uso del coche o el tipo de pavimento por el que se suela circular.
En este sentido, no es necesaria una revisión periódica, a no ser que se observen síntomas de que algo no funciona correctamente, como por ejemplo, que oscile o rebote al tomar una curva.
En cualquier caso, el amortiguador no tiene una caducidad de años o kilómetros, como pueden medirse otro tipo de piezas. Se suelen revisar cuando el coche alcanza unos determinados kilómetros, coincidiendo con las revisiones grandes y, si fuera conveniente, el recambio de la pieza se llevaría a cabo sin ningún problema.
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