El embrague es una de las partes de un vehículo que más se suelen buscar entre las piezas de desguace y normalmente no es porque se haya desgastado sino por otra serie de factores que hacen que esta pieza falle y deba ser sustituida. En este artículo vamos a enumerar algunas de las causas principales de la rotura del embrague y cómo poder evitarlo.
Para evitar la rotura del embrague tan solo hay que hacer lo contrario de lo que produce su rotura, por tanto, es algo que hay que tener en cuenta para no tener que visitar el taller dado que al igual que cuando se habla de la junta de culata, el embrague es otra de las partes del motor que más dinero cuesta cambiar.
Causas más comunes de la rotura del embrague
Cuando se conduce y se hace una parada en un semáforo por ejemplo, muchas personas dejan el pie pisando el embrague. Este acto produce fricciones en el disco, haciendo que la vida útil de esta parte del vehículo se vea reducida notablemente.
Otro de los fallos más comunes a la hora de conducir que pueden acabar con el embrague es ir con el pie izquierdo apoyado en el embrague. Para apoyar el pie lo único que hay que hacer es desplazarlo más as la izquierda, en el espacio que hay especialmente diseñado para reposar el pie.
No pisar el pedal de embrague a fondo cuando se cambia de marcha puede convertirse a medio o largo plazo en un problema para al buen mantenimiento del embrague. Si se pisa a fondo, la palanca de cambios va con más suavidad y la marcha se engrana ben y no “rasca”, lo que hará que de esta forma no se desgastarán los dientes.
El último aspecto a tener en cuenta sobre el embrague y sus averías es que no hagamos caso a los ruidos que pueda producir esta parte del motor. Estos sonidos pueden revelar que algo pasas, pero si hacemos caso omiso puede que sea demasiado tarde y tengamos que enfrentarnos a una avería.