Sonda lambda
La sonda lambda es un sensor que podemos encontrar en los coches más modernos y que se encuentra ubicado en el conducto de escape, antes del propio catalizador. Sirve para medir la concentración de dioxígeno de los gases de escape antes de que sufran alguna alteración. De esta forma se puede conocer el grado de riqueza de la mezcla, algo que mide la sonda y transforma en un valor de tensión y que es comunicado a la unidad del control del motor.
Esta pieza está compuesta por una parte cerámica y unos electrodos, que pueden ser de titanio o de circonio. Los gases de escape entran en contacto con la sonda lambda y ésta reúne toda la información sobre la proporción de dioxigeno después de la combustión.
Descripción
Tips de mantenimiento
Normalmente, la vida útil de esta sonda es de entre 50.000 y 80.000 kilómetros aunque en condiciones desfavorables (variaciones térmicas, mecánicas o químicas), puede reducirse el tiempo notablemente, crear la posibilidad de una mezcla incorrecta o incluso puede llegar a arruinar el catalizador.
Para evitar que esto pase, lo mejor es revisar la sonda cada 30.000 kilómetros aproximadamente, con ello nos ahorraremos tener que pasar por el taller o incluso ver cómo aumenta el consumo de combustible hasta en un 15%.
Principales averías y cómo detectarlas
Normalmente, sabremos que la sonda lambda falla porque tendremos un fallo registrado en la centralita y aparecerá el icono de fallo e motor. En este punto hay que saber bien de dónde viene el fallo dado que puede hacernos creer que los valores de mezcla de combustible no son correctos pero realmente quiere decir que algo en el motor no va bien, como por ejemplo las bujías, caudalímetro, inyectores, etc.
Sabremos que la sonda lambda puede fallar cuando se ilumina la luz de fallo del motor, el coche va a tirones, aumenta el consumo o incluso sale humo negro por el escape. No siempre ocurre pero en ocasiones la centralita entra en modo seguridad y hace que el motor tenga menos prestaciones para evitar averías.